LOUISVILLE, Ky. – Armado con un casco de construcción y un guía turístico, Atletismo Realizó un recorrido privado por el nuevo paddock de Churchill Downs en febrero para ver por primera vez el espacio rediseñado que los fanáticos de las carreras disfrutarán inicialmente. Este fin de semana. Es, en una palabra, monstruoso. El espacio que alguna vez tuvo 5,000 pies cuadrados se ha ampliado a 12,000 personas, con más asientos y un balcón con vista, además.
Con un costo estimado de $200 millones y completada en un año, la renovación es un reinicio muy necesario de un lugar popular para reunirse el día de la carrera, y especialmente el primer sábado de mayo. El día del Derby de Kentucky, el antiguo paddock siempre estaba lleno de asistentes que estaban allí para ver las carreras en los grandes carteles, observar los caballos en los puestos o simplemente observar a la gente. Era difícil maniobrar y a menudo había tanta gente que era difícil ver los caballos reales.
Ahora todo el espacio está al revés. Donde antes los espectadores cruzaban las puertas y veían la parte trasera del paddock, ahora son recibidos por una vista impresionante de las icónicas agujas gemelas, y el paddock, siete pies más abajo, extendido ante ellos. Está rodeado por una planta con capacidad para 3.200 plazas de pie y rematado por un gran balcón que permite albergar a más del doble de espectadores.
Por supuesto, gran parte del espacio está reservado para personas que tienen mucho dinero para gastar. Dos clubes exclusivos, el SI Club y el Woodford Reserve Paddock Club, se alinean en el borde del paddock, lo que permite a aquellos que pueden pagar el precio de la entrada no solo ir al bar, sino también tomar una mesa cerca de una ventana que también Sirve como ventana trasera. Muro de boxes para caballos. El cristal, cabe señalar, es unilateral; la gente puede ver los caballos, pero los animales que se asustan fácilmente no pueden ver a las personas que los miran.
Hay áreas más exclusivas: Spires Terrace and Suites ofrece vistas tanto del paddock como de la pista justo debajo de los Spires reales, e incluso hay un bar clandestino oculto, que ofrece doble exclusividad de alto secreto.
Lo que es impresionante, pero no sorprendente, es que el rediseño conservó la esencia de la pista. En algunas zonas demolidas, los trabajadores reutilizaron los materiales de construcción originales. En el pasillo presidencial, que conecta el paddock con la tribuna, el viejo ladrillo ha quedado expuesto.
En otras palabras, la historia del lugar permanece.
(Fotos de Dana O’Neil)